Tejina: La historia que el ayuntamiento de La Laguna quiere enterrar.

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Todos los políticos laguneros se llenan la boca hablando del patrimonio del casco histórico de La Laguna, pero con los restos de la historia de los pueblos costeros lo que quieren llenar es otra cosa, en unos casos las urnas y en otros directamente el bolsillo, aunque hay casos en los que lo único que quieren es tener contento al cacique de turno o simplemente no mojarse con temas que no les den beneficios directos.principal 4

Así, mientras para destrozar el patrimonio de La Laguna se invierten millones de euros que no tenemos y que tendremos que pagar a lo largo de la próxima década, en los pueblos las casas más antiguas y representativas del pasado no solo se dejan morir, sino que se rematan con descabellados planes para su derribo y sustitución por edificaciones modernas o para dar paso a nuevas calles, en algunos casos simplemente para allanar el terreno y convertirlo en aparcamiento.

Aunque por suerte, en Tejina, algunos particulares han sabido, y tenido medios, para sacarle el máximo partido a estas construcciones, como son los casos del Bar plaza2El Sorchante, que se encuentra en una antigua casa terrera restaurada, el edificio que alberga el Bar Los Corazones, cuyo balcón recuerda a otros tiempos, o la tienda de ropa Barra´s Sport, alojada en el bajo de un coqueto edificio de dos plantas que se conserva como claro ejemplo de la arquitectura de antaño.

También hay varias viviendas que han sido conservadas o restauradas adecuadamente manteniéndose como prueba del pasado del pueblo, y otras que han sido restauradas de una forma no del todo adecuada, manteniendo a duras penas las lineas generales de la construcción original, y desde un punto de vista histórico tal vez la suerte de estas haya sido peor que las que se encuentran en un estado de conservación pésimo, muchas con agujeros en el tejado dejando entrar

don adolfola lluvia aumentando la velocidad de deterioro, que en algunos casos ha puesto en riesgo de derrumbe no solo los tejados sino también algunos muros, que en estas construcciones son de carga.

Pero lo que más ha desbaratado la historia del pueblo han sido las decisiones unilaterales de derribo de varias viviendas y edificaciones en las últimas décadas, casos notorios son el edificio que ocupaba lo que hoy son los aparcamientos de la plaza de la iglesia, la antigua oficina de correos, de la que apenas quedan unas paredes y medio cartel, o la Casa del Manicero, de la que se usaron los jardines para hacer aparcamientos (sin asfaltar) pero que en el espacio que ocupaba siguen los cimientos de una de las casas más conocidas del pueblo, vinculada con la historia de Amaro Pargo, lo que la convertía en un buen reclamo para los turistas y un pedazo de la historia de la isla irreemplazable, pero aún así, y a pesar de que la ley canaria dice que mientras principal3quede una esquina hay que restaurar, el ayuntamiento se sacó un informe de la manga que según afirman ellos y un grupo de desleales a su pueblo, justificaba la demolición, a pesar de que la Casa Salazar (el obispado de La laguna) fue restaurada desde más abajo de los cimientos tras un incendio que solo dejó intactas la fachada, las escaleras y algunos muros.

No obstante, el golpe más duro a la historia del pueblo de Tejina, al igual que al resto de pueblos de la comarca y gran parte del municipio, es un Plan General de Ordenación que el ayuntamiento lagunero intenta aprobar por encima de todo y de todos, excepto un grupo de personas que ha estado colaborando con la gerencia de urbanismo desde los inicios del diseño del PGO para sacar adelante no principalse sabe que proyecto de pueblo pues no suelen tener valor para decirlo, al contrario, se ponen la piel de cordero y se dedican a decirles a los vecinos que no pasa nada y que ellos lo van a arreglar todo, mientras se sacan fotos con los concejales laguneros delante de las casas que quieren tirar.

De esta manera se pretende destruir, entre otras muchas edificaciones, la que fue una de las eras del pueblo, junto a la casa de sus antiguos dueños y el salón donde se guardaban los animales para la trilla, que actualmente está habitado por descendientes de los nuevos propietarios. Igualmente se trama el derribo de varias casas terreras de pequeñas dimensiones, en las que habitaban algunas de

Mientras unos utilizan la vivienda como vertedero de escombros, otros tratan de usarlos para tapar los principales huecos de la paredes y evitar que accedan extraños, a la vez que conforman ''jardineras'' con las que tratar de mejorar la pésima imagen del inmueble.
Mientras unos utilizan la vivienda como vertedero de escombros, otros tratan de usarlos para tapar los principales huecos de la paredes y evitar que accedan extraños, a la vez que conforman »jardineras» con las que tratar de mejorar la pésima imagen del inmueble.

las familias que trabajaban la tierra al servicio de los caciques, los cuales, en la mayor parte de los casos, no han dudado en derribar las antiguas edificaciones para dar paso al hormigón y al bloque prefabricado, pero sin renunciar a las lindes originales de las viviendas y ocupando un espacio que a todas luces se hace más dañino para el bien común que cualquiera de las pequeñas edificaciones que pretenden derribar.

Un caso concreto y llamativo es el de un señor que tiene una entrada a sus »aposentos» bien sobrada y que invade la trayectoria de los coches en un cruce en el que no hay ni visibilidad ni acera, y que lejos de hacerse el sueco para evitar que le quiten un metro de patio para hacer una acera decente y un cruce más seguro, se ha empeñado en mover cielo y tierra para derribar una vivienda que, según él y tres iluminados más, supone un peligro para los peatones, además de querer derribar la citadas edificaciones que rodean la era para trazar una calle que desahogue el tráfico y de esta manera, derribando casas ajenas, salvar su metro de patio. Cabe destacar que el molino cercano que transformaba los cereales trillados en la era se encuentra sepultado por un sinfín de modificaciones egeneral 2structurales que hacen casi imposible recuperar el edificio original, por lo que el pequeño rincón donde se llevaban a cabo las labores de limpieza del cereal es de los últimos vestigios que quedan de la intensa actividad agrícola de la zona en tiempos pasados, pues la mayoría de las huertas del centro del pueblo ya han sido pasto de la urbanización moderna. Aunque por desgracia, que un aguilucho quiera destrozar las vidas de sus vecinos para mantener sus privilegios, lejos de ser un caso aislado es casi una constante a lo largo del archipiélago.

Ya es hora de que los tejineros y el resto de habitantes de la comarca empiecen a tomar conciencia, por un lado, del valor del patrimonio histórico que ha sobrevivido a la falta de valoración y las atrocidades urbanísticas, y por otro, a cardón 3tener conciencia de Pueblo Soberano, al que solo podrán seguir manipulando, engañando y tratando como a menores de edad mientras no despierte, pues el día que los pueblos despierten ya no podrá venir ningún lagunero ladrón ni ningún tejinero espabilado a decirles que es lo que tienen que hacer, dado que ya la comarca no es aquel conjunto de pueblos donde predominaba el analfabetismo, ahora de aquello solo queda una mancha de caciquismo que en buena parte se diluye con el relevo generacional, y que sabe muy bien que tiene fecha de caducidad, lo que no sabe nadie es cuando llegará.

Pero aun sin saber cuando caducará yo digo que podemos rematarlo ahora, que ya está bien de que los tres listos de siempre decidan por los demás, que no cardón 4podemos dejar la resolución de nuestros problemas a gente que no le dice la verdad ni a su propia familia, que los habitantes de los pueblos no somos menores de edad a los que tenga que dirigir una ciudad que no se maneja ni a si misma, que la más humilde y deteriorada de las construcciones antiguas vale más que todos los edificios a medio hacer juntos, que no vamos a pagar los derroches que ha hecho La Laguna mientras nos abandonaba a nuestra suerte, que no somos mercancía con la que negociar con grandes empresas extranjeras, y que por primera vez en nuestra historia tenemos la oportunidad de librarnos de toda esa casta que oprimió a nuestros antepasados y nos oprime a nosotros ahora.

¡Despierta Tejina! ¡Salva tu pasado y toma las riendas de tu futuro!

Damián Carlos Méndez

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