El ayuntamiento contradice a la comisión de fiestas en un diario de tirada provincial que hace hincapié en que la comisión de fiestas pide perdón por actos de vandalismos y delictivos, sin embargo desde el ayuntamiento no solo afirman que no han habido tantos incidentes como otros años, sino que no parecen creer que tengan que pedir perdón por nada, un año en el que han habido hasta intentos de robos de coches, después de dos años de pandemia en los que hemos tenido que sufrir todo tipo de atropellos, restricciones y prohibiciones maquilladas con censura en las redes sociales y mentira tras mentira en los medios de comunicación.
Dos años sin corazones, a pesar de que los jueces declararon las prohibiciones inconstitucionales con tiempo suficiente para que solo fuera uno, dos años de mentiras, muertes en las residencias, muertes por enfermedades que no fueron tratadas a tiempo, muertes “de repente”, dinero prestado que se ha invertido en chiringuitos y mamandurrias, dinero que fue imprimido de la nada disparando la inflación, metiéndonos en una guerra contra Rusia para justificar la consecuencias de sus políticas, insultando a Argelia y subiendo el gas, agachándose ante Marruecos a pesar de que nos inunda de pateras y tomates envenenados, blanqueando la inmigración ilegal, dirigiendo nuestras vidas en nombre de una agenda 2030 que nadie ha votado, metiéndonos la ideología de izquierda a presión a pesar de que aquí la opción más votada fue la derecha, y encima cobrando un sueldaso por pasarse el día repitiendo como cotorras lo que dicen sus partidos, y no solo no piden perdón, sino que no les parece correcto que la comisión de fiestas lo haga.
Para más inri, y a pesar de estar basado en una publicación de la comisión de fiestas del 21 de agosto, esta noticia se publica la víspera del día grande de las fiestas, pretendiendo traer a un elenco de caraduras y sinvergüenzas a situarse en el centro de la ofrenda de los corazones, en medio de todo, como si los corazones fueran para ellos, para luego entrar a la iglesia de nuestros abuelos a ocupar el escaso espacio y hacer como si no fueran los responsables de las muertes de muchos de ellos, y no solo los concejales que matan con su silencio y su voto, antes de la pandemia se había hecho costumbre que vengan otros altos cargos, cuyos depositarios hasta las próximas elecciones, rozan, si no han superado ya, la línea de lo delictivo e incluso de lo criminal con sus actuaciones durante estos años, generando un gran sentimiento de repulsa entre muchos vecinos que contemplan estas escenas con impotencia.
Estos corruptos nos han robado hasta la libertad, y a algunos la vida, y ya no están decidiendo sobre nuestro dinero y nuestras vidas, están trabajando con una deuda que van a pagar nuestros nietos, contando con que dejemos de pedir mañana, y esos préstamos incluyen cláusulas que van desde el sistema de pensiones hasta un peaje en las autopistas públicas, en cinco años no vamos a tener nada, todo va a ser de los bancos centrales y las grandes fortunas, todo para que esta gente siga comprando votos con su pantomima y sus agendas ocultas, y, para colmo, vengan a insultarnos en los momentos claves, como las fiestas, para tratar de arañar un puñado de votos entre los incautos que no saben que les están quitando todo sin que se den cuenta, “En 2030 no tendrás nada y serás feliz” reza la agenda que siguen los partidos de izquierda y nacionalistas, incluso el PP, y al paso que van nos van a dejar sin nada mucho antes, hasta sin dignidad.
Y ya desde la indignación hay que decir que “Un puñado de ostias sin consagrar es lo que les viene faltando a esta panda de hijos de puta”, aunque tampoco se puede decir muy alto, porque estos son capaces de colmar el colmo y llenarnos las plaza de vallas y policías con tal de conseguir las fotos y votos que esperan de estos actos, y por supuesto son capaces de lo que sea con tal de cobrar las dietas extras y lucir los trajes que les pagamos los demás, ¿O pensaban que venían por ver al santo? Estos además de unos hijos de puta son unos listos que da miedo, y ya la cosa está pasando de castaño a oscuro.
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